Para que una ciudad haga que merezca la pena abandonar la dieta, es necesario algo más que un par de buenos restaurantes, un mercado y algunos puestos de comida. Si eres un amante de la buena gastronomía (y te gusta probar cosas nuevas), te encantarán estos 8 destinos.
1. Diversidad asiática en Singapur
Puede que Singapur sea la única ciudad en la que, después de darse un masaje shiatsu y realizar un tour de compras por Little India, uno pueda reponer fuerzas con una exquisitez de la cocina china: un delicioso filete de raya con flores. Singapur es una ciudad, además de impecable, plagada de culturas gastronómicas de todo el mundo; una ciudad en la que se pueden encontrar pescados, ranas y frutas frescas en los mercados. En los patios de comidas podrás probar las especialidades malasias y en los restaurantes degustar el mejor pato pekinés de todos los tiempos. ¿O quizás prefieres tomarte un huevo hervido en té durante 10 horas? Tú eliges. No te lo pienses dos veces, los vuelos a Asia están cada vez más baratos.
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2. Patas de pollo con estrella Michelin: Hong Kong
Comensales sentados en bancos devorando dumplings, patas de pollo asadas y bocadillos de carne de cerdo a la parrilla; así es cómo se presenta Tim Ho Wan, un restaurante de estilo dim su con estrella Michelin. Un buen festín en este restaurante te saldrá por una media de solo 10 euros. Comer en condiciones y en cantidad es toda una obsesión en Hong Kong; lo demuestran los 73 restaurantes premiados por la guía Michelin repartidos por la ciudad: 51 con una estrella, 14 con dos y 8 con tres. Nuestra ruta gastronómica no termina aquí; en los mercados de la ciudad te esperan sapos, peces aleteando, cangrejos y cochinillos enteros.
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3. Sushi para desayunar en Tokio
La gran disponibilidad de pescado fresco desde el comienzo del día influye en la gastronomía de la ciudad hasta niveles insospechados; también para el desayuno. Si no se te antoja sushi, como alternativa puedes desayunar una sopa de miso, salmón a la plancha y algas. Tu experiencia culinaria en Tokio continúa con la tempura: verdura y marisco envueltos en una fina pasta y fritos en aceite de sésamo.
Hasta ahora, todos los platos se presentan bastante ligeros; pero la cocina japonesa ofrece también platos más suculentos. El chanko, el nombre que recibe la comida consumida por los luchadores de sumo, es un potaje de col, zanahorias, brotes; además de pinchitos de menudos de pollo hervidos en caldo de pescado. Todo esto se acompaña de pasta de soja y cinco cuencos de arroz.
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4. No pidas espaguetis a la boloñesa en Bolonia
Roja, gorda y docta – así describen los boloñeses a su ciudad. Roja por el color de la piedra de la que están hechos los edificios del casco antiguo; docta gracias a su universidad milenaria y gorda debido a su excelente cocina. La importación más exitosa es, sin duda, la salsa boloñesa o, como dicen ellos, ragú. Aunque es muy común fuera de Italia, esta salsa no debe comerse con espaguetis, ya que no se adhiere bien a este tipo de pasta; lo mejor es utilizar tagliatelle o papardelle. ¿Qué más nos ofrece esta ciudad? Mortadela exquisita, tortellini rellenos de carne o tortelloni rellenos de espinacas y ricota; todo hecho ahí mismo.
5. Sube la temperatura en Ciudad de México
La fiesta gastronómica comienza ya en el desayuno: huevos a la mexicana con tomate, chiles, cebolla y puré de frijoles acompañados de jugo de tuna (la fruta del cactus). Súmale un delicioso chocolate caliente con aroma a canela.
La cocina mexicana es tan seductora como picante. No cualquier estómago esta acostumbrado a tanto picante y se puede resentir, pero hasta que eso pase, puedes disfrutar de la comida más colorida, especiada y exótica que te puedas imaginar.
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6. Buenos Aires, donde carne es sinónimo de verdura
Crujiente por fuera y jugosa por dentro. No hay duda de que tus sentidos despertarán de su aletargamiento con el primer filete que pruebes en Buenos Aires. La calidad marca una diferencia. Para los porteños, alimentarse significa comer carne a la parrilla; por algo los subcampeones mundiales de fútbol son los que más carne consumen en todo el mundo. ¡Pero no todo va a ser salado! Una creación argentina muy tentadora son los alfajores: una masa hecha a partir de leche y azúcar bañada en chocolate y con una capa en medio de dulce de leche. ©Lisovskaya Natalia/Shutterstock.com
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7. San Sebastián: paraíso gourmet
Con una proporción de 16 estrellas Michelin por solo 185 000 habitantes, San Sebastián se alza como la ciudad más gourmet de Europa; además de ser la capital de la cultura en 2016. Pero las estrellas no son necesarias para comer a reventar en la ciudad vasca; en cualquier bar del casco antiguo puedes degustar los famosos pintxos con tu copa de vino: brochetas de gambas, atún relleno…
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8. Olvídate de París y visita Lyon
Lyon es la ciudad donde nació y triunfó el gran chef Paul Bocuse. Esta ciudad es muy popular por su cultura gourmet y los restaurantes tradicionales de la ciudad, los bouchons. ¿Su secreto? Los ingredientes.
El maravilloso paisaje que rodea la ciudad pone al alcance de los cocineros locales las mejores aves, verduras frescas y — gracias a las mimadas vacas y cabras que pastorean en la zona — el mejor queso. El río que atraviesa la ciudad es también una mina de truchas y cangrejos de agua dulce para los chefs. Algunos de los platos típicos de la ciudad son el Coq au vin, las albóndigas de pescado y la quiche lionesa.
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Texto de Stefanie Bisping.
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